La exposición propone un recorrido cronológico que permite seguir la evolución de Mallo desde sus primeros pasos en Galicia y Asturias, hasta su consolidación como figura esencial de la Generación del 27 y su posterior exilio en Argentina. Obras emblemáticas como La verbena (1927), Canto de las espigas o la serie Religión del trabajo revelan tanto su espíritu surrealista como su mirada social y feminista. Mallo no solo fue una de las grandes artistas del grupo de las Sinsombrero, esas creadoras que rompieron con los moldes establecidos, también encarnó una manera de pintar “en femenino”, explorando los temas de su tiempo desde una perspectiva crítica y moderna.
Las entradas para «Maruja Mallo. Máscara y compás» no se venden de forma independiente: bastará con adquirir la entrada general del museo. Esta cita en el Reina Sofía no es solo una exposición, sino una oportunidad histórica para conocer en profundidad a una artista que, con su obra, iluminó el camino hacia un arte más libre, valiente y comprometido.