El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado un programa de incentivos para acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica. A partir de marzo de 2026, los residentes que desguacen su ciclomotor de combustión y adquieran uno eléctrico podrán solicitar una ayuda directa de 600 euros, que cubrirá aproximadamente entre el 16% y el 40% del precio del vehículo, según el modelo.
El plan, dotado con 15 millones de euros durante los próximos cuatro años, busca renovar hasta 20.000 ciclomotores y reducir de forma significativa las emisiones asociadas a este tipo de vehículos. La medida se orienta especialmente a jóvenes y personas con menores ingresos, aunque también podrán acogerse empresas con sede en la ciudad.
Además, el consistorio impulsará la ampliación de la red de intercambio de baterías para ciclomotores eléctricos con 64 nuevos puntos en parkings y gasolineras. Las ayudas municipales llegarán hasta 45.000 € por punto (hasta el 60% del coste), con la condición de que las instalaciones queden abiertas al público durante, al menos, cuatro años.
La iniciativa se engloba en la estrategia climática municipal hasta 2030 y se suma a otras actuaciones para favorecer una movilidad más sostenible, reducir la huella de carbono y modernizar el parque de vehículos de dos ruedas en Barcelona.
