Este 23 de junio, el viaje comienza a las 17:00 en el Camp Nou. La llama, llevada por corredores, ciclistas y custodios del fuego, se abre paso hasta el corazón de la ciudad: la plaza de Sant Jaume. Allí, a las 18:00, será recibida en un acto solemne y vibrante por la Àliga, los Capgrossos Macers y los Gigantes de la Ciudad, al ritmo ceremonial de la Cobla Sant Jordi-Ciutat de Barcelona.
La plaza se convertirá en un escenario vivo: danzas populares, pilares humanos, música tradicional y el encendido del pebetero marcarán el inicio de la noche más corta, pero también la más intensa. Tras la lectura del mensaje de este año, firmado por Pere Mateu, los representantes de los barrios subirán uno a uno a recoger la llama.
Esa misma noche, esa misma llama —una chispa eterna que nunca se apaga— arderá en cada rincón de Barcelona. Porque encender el fuego es también encender el recuerdo, la esperanza y el orgullo de pertenecer a una historia compartida que sigue viva.