Haciendo honor a su nombre, el restaurante parece estar en una primavera permanente, cuando la naturaleza cobra vida y florecen las flores más bellas. Se trata de otro proyecto de Salvador Bachiller, al que se accede desde la tienda. En su interior, encontrarás una encantadora terraza cubierta, un gran comedor con una pérgola alrededor de un gran árbol y una zona cubierta con una luminosa cúpula. Parece que estás en un cuento de hadas y, en ese momento, aparecerá un hada y otros habitantes del bosque mágico. En el interior se conserva siempre un ambiente íntimo y romántico gracias a su diseño. El interior es una fusión de diferentes movimientos artísticos, desde los años 20 hasta el estilo inglés.
El menú combina cocina internacional con crêpes de tapioca. Merece la pena probar la hamburguesa de buey de Kobe, el cuenco de Buda y los fideos con mango. Además, la divertida sección de cócteles también es impresionante. Además, los viernes y sábados hay cenas-espectáculo, en las que se sirve un menú basado en platos viajeros con un acento informal. Y todo acompañado de baile y música de DJ.