La historia de la tienda se remonta a 1915, cuando era una confitería llamada "El Postre", propiedad del bisabuelo de los actuales dueños. Su hijo le cambió el nombre, y desde entonces, Madrid contó con un establecimiento que vendía excelente chocolate. Este local sobrevivió a la Guerra Civil, vendiendo durante aquellos años melocotones en almíbar, bocadillos y menaje. Durante la guerra, con el abuelo de Mariano confinado en su casa, fue la abuela Pilar quien llevó adelante el negocio, manteniéndose al frente incluso tras el fallecimiento de Mariano. Pilar falleció en los años 70, dejando en manos de los descendientes la continuidad de la tradición familiar. Era el momento de modernizar el negocio y adaptarse a los nuevos tiempos, lo que incluyó el lanzamiento de una tienda online que expandió su alcance a nivel mundial.
La Violeta se ganó el cariño de reyes y celebridades. Se cuenta que el rey Alfonso XIII adquirió violetas para su esposa, convirtiéndose él mismo en un apasionado de estos dulces, o tal vez fue la original presentación del caramelo en forma de violeta lo que cautivó a todos. Según algunos historiadores, la afición de Alfonso XIII por el caramelo de La Violeta fue heredada por su hijo, Leandro de Borbón. Don Jacinto Benavente, ganador del Premio Nobel, también era un asiduo cliente, al igual que la presidenta Chamorro de Nicaragua, quien tras visitar España y probar estos bombones, realizó constantes pedidos desde su país.
Más de cien años después, La Violeta continúa siendo un emblema y uno de los lugares favoritos para los amantes de los dulces en Madrid.