Rodeado de marcas internacionales de moda, hay un encantador café donde pasar un rato emocionante con deliciosa comida. Este lugar está perfectamente integrado en el centro de la ciudad, ya que aquí podrá tomarse un descanso y refrescarse.
La impresionante cafetería está rematada con una impresionante vidriera de los años 40 en el atrio central. El interior en sí está inspirado en el ambiente de los emblemáticos establecimientos de finales del siglo XIX y principios del XX donde se reunían los artistas y la sociedad madrileña. Merece la pena desayunar chocolate con churros, tomar el té de la tarde con pastas recién horneadas y disfrutar de las creaciones del pastelero Alejandro Montes. Él crea aperitivos únicos como Macaron de carbonara de perdiz al PX o el Dúo de anchoa y anguila. Y, por supuesto, ofrecen los dulces más clásicos, por ejemplo, Bombón Canalejas o Petit Four La Violeta.