Los devotos españoles llevan siglos pasando de boca en boca la leyenda, llena de misterio y magia. Se dice que el monasterio de San Lorenzo se construyó para cerrar la "Puerta del Infierno", que supuestamente se encuentra al pie de la sierra de Guadarrama. Los monjes más impresionables de la Orden de San Agustín aseguraban que, por las noches, un enorme perro negro, Cerbero, acudía al lugar para protegerlo de los feligreses curiosos. Y tras la construcción, que duró 21 años, el rey Felipe II trasladó a la nueva biblioteca una colosal colección de libros de ocultismo y magia, de la que ni siquiera sospechó la Santa Inquisición.
La verdadera razón para construir un monasterio a las afueras de Madrid no es tan mística. En 1557, el ejército del rey, en una batalla contra los franceses en Flandes, entonces bajo dominio español, destruyó accidentalmente la iglesia de San Lorenzo, venerada en todo el país. En honor a la victoria y en memoria del santo, Felipe II ordenó la construcción del castillo más grandioso de Europa, donde pretendía establecer una residencia real, una biblioteca y un monasterio de la Santa Orden de Jerónimo para descansar de sus obligaciones como rey en compañía de monjes.
Felipe II soñaba con construir un panteón para enterrar a su padre, el emperador Carlos V. Hoy pueden verse aquí las tumbas de reyes y reinas, príncipes y princesas que han gobernado el país desde la época de Carlos V.
Ahora El Escorial está considerado uno de los monumentos arquitectónicos más fascinantes de España. Y no sólo sorprende por su colosal tamaño, sino también por su contenido.