Esta residencia familiar es un símbolo del poder y la autoridad de la familia española más antigua.
Las obras del palacio comenzaron a finales del siglo XVIII. Bajo la dirección de Rodríguez, se presentó al mundo una verdadera obra maestra de estilo neoclásico. Si intentamos caracterizar brevemente el Palacio de Liria, la palabra más apropiada sería "rico". En el exterior, las fachadas están profusamente decoradas con estuco y adornos arquitectónicos, mientras que en el interior se esconden tesoros.
El palacio sufrió graves daños durante la Guerra Civil. Los republicanos hicieron todo lo posible por conservar las obras de arte guardadas en su interior. En el último momento antes de la campaña de bombardeos franquista, los fondos fueron retirados y escondidos. Sin embargo, la aviación franquista destruyó casi por completo el edificio. Se perdieron muchas piezas valiosas. Los trabajos de restauración no comenzaron hasta 20 años después del final de la guerra.
Delante de la residencia se extiende un enorme césped verde. También está rodeada de lujosos jardines con plantas raras. Están dispuestos al estilo del arte paisajístico inglés y tienen un aspecto muy romántico. El complejo es depositario de la colección de arte Alba y de un rico archivo histórico. La colección de pintura de los Alba se enriqueció en distintas épocas con obras de Tiziano y Rubens, Surbarán y Rivera, Goya y Renoir. La galería de retratos de la dinastía Alba ocupa un pabellón aparte. Es una de las colecciones privadas más ricas del mundo. La biblioteca contiene libros únicos, manuscritos de Colón, Rousseau. Cuenta con más de 30.000 ejemplares. Aquí se encuentra una de las primeras ediciones de la novela de Cervantes El Quijote. Un verdadero tesoro es la Biblia de Alba (1433). Fue la primera Biblia traducida al castellano.