Es una institución con una estética innovadora, un ambiente relajado y un menú apetitoso.
Nada más entrar, vemos de inmediato a qué personaje rinde homenaje el bar. Un retrato ilustrado del agente Cooper de Twin Peaks cuelga de una de las paredes, y la estética neoyorquina del local nos transporta directamente al ambiente misterioso y frío que caracteriza las producciones del director. Para conseguir este entorno, los diseñadores recorrieron todos los mercadillos y tiendas de antigüedades. Ahora podemos admirar viejos sillones de barbero, sofás y radiocasetes.
El propio bar se define como una galería de comida y bebida. Aquí todo gira en torno al arte de la mixología, aunque su cocina de fusión con toques mexicanos y asiáticos también es digna de atención.
Hay que probar sus cócteles con sabor internacional para hacerse una idea del ambiente del local. Merece la pena probar el Ady Shanghai con vodka, litchi, limón, manzana y clara de huevo; el The Grand Mother con Jack Daniel's Apple, limón y caramelo; o el Ronnie Rocket con ron añejo, ron especiado, piña y fruta de la pasión. Y, por cierto, aquí también encontrarás referencias a Lynch: cada uno de los cócteles lleva el nombre de una de las películas del legendario director.