El bar está decorado como el artista Edward Hopper, por lo que todo el ambiente está inspirado en el arte. Sus propios creadores lo llaman «galería de comida y bebida». Aquí se puede disfrutar de comida y cócteles rodeado de música y obras de arte. El espacio acoge incluso exposiciones temporales de artistas de renombre.
En el interior, nos reciben los sofás Chester que salpican todo el establecimiento. La planta abierta y el diseño nos recuerdan a los de la Nueva York de Friends. En el local hay murales pintados a mano y vidrieras, y incluso el menú está hecho a mano. Pero la estrella principal es la barra gigante, de 10 metros de largo, que invita a todos a disfrutar de un cóctel.
En la carta ofrecen cócteles clásicos y especiales acompañados de platos variados. Merecen la pena el «Petrol Station», a base de whisky, lima, vainilla, Pedro Ximénez y clara de huevo; el «Railway», elaborado como un margarita clásico pero con un ligero toque picante; y el «Shakespeare at Twilight», su versión especial del Espresso Martini con vodka, chocolate blanco, vainilla, licor de café y café espresso.