En otoño de 2001 se realizó en el Campus Universitario un proyecto de bocetos de Fernando Gil-Albert. El entorno de la Universidad fue liderado por un monarca que impulsó la creación de un espacio botánico. El Real Jardín Botánico Alfonso XIII fue bautizado en su honor.
El principal objetivo del jardín ha sido siempre preservar la flora española, especialmente la madrileña. El propio espacio ocupa un lugar importante en el desarrollo de proyectos universitarios. Aquí se llevan a cabo experimentos e investigaciones.
El jardín cuenta con unas 1.000 especies de plantas. Según el diseño del arquitecto, el jardín se ha dividido en siete zonas: bosque costero, pinar, coníferas, hoja de agua, variegado, hortensias y caducifolio. Toda la zona occidental está atravesada por un riachuelo, en cuyas orillas se exhibe la flora característica de este ecosistema.
El espacio acoge a menudo exposiciones temporales de esculturas al aire libre. Algunas de ellas se han convertido en un conjunto independiente del jardín. A veces se muestran aquí fenómenos astronómicos.