Diseñada en el siglo XIX, la plaza está adornada por una serie de estatuas ecuestres de reyes españoles, que le confieren un ambiente monumental y grandioso. En el centro se erige la estatua de Felipe IV a caballo, una imponente obra del escultor italiano Pietro Tacca.
Rodeada por jardines bien cuidados y flanqueada por edificios de gran belleza arquitectónica, la Plaza de Oriente es un lugar ideal para pasear, relajarse y disfrutar de vistas panorámicas del Palacio Real. Además, en esta plaza se pueden encontrar músicos, artistas callejeros y visitantes que aprovechan su encanto para disfrutar de momentos de tranquilidad en pleno corazón de la ciudad.