Es probablemente la estructura más antigua de la ciudad y nos habla de la dominación musulmana de la Península Ibérica en el siglo IX. Se cree que esta muralla formaba parte de la fortaleza en torno a la cual se desarrolló la ciudad. Junto a la cripta de la Catedral de la Almudena se encuentran los restos más importantes que se han incorporado al Parque Mohamed I, llamado así en honor a Mohamed I de Córdoba, fundador de la ciudad.
En la calle Mayor, cerca del número 83, se encuentran restos centenarios. En este lugar se conservan las ruinas de la Torre de Nariguez. Es posible que esta torre fuera una atalaya y que estuviera separada de la muralla propiamente dicha, pero unida a ella.
A lo largo de los siglos, la muralla se ha derrumbado y hoy en día podemos observar partes de ella que han perdurado hasta nuestros días. La reconstrucción de la Plaza de Oriente en 1996 permitió descubrir y hacer desaparecer después numerosos restos. Sin embargo, entre 1999 y 2000 se descubrió bajo la Plaza de la Armería otro tramo de unos 70 metros de longitud, formado por las fachadas principales del Palacio Real y de la Catedral de la Almudena. Fue excavado durante la construcción del Museo de las Colecciones Reales y podría corresponder a la Puerta de la Sagra.