Pocas personas reparan en esta iglesia cuando pasean cerca de la plaza. Está oculta tras verjas y altos árboles. Esta situación no es casual, ya que en su origen pasó desapercibida. La iglesia se construyó en 1907, en una época en la que el culto evangélico estaba mal visto en España y las celebraciones de la comunidad protestante en la ciudad rozaban la clandestinidad.
La iglesia carece de torres y de todo tipo de elementos salientes que puedan verse desde el exterior. Esta joya se construyó por orden de Guillermo II, tío del entonces rey Alfonso XIII. La construyó para la comunidad protestante que había en Madrid. Durante su existencia, el templo ha tenido una historia turbulenta. Durante la Guerra Civil fue saqueado por los republicanos y utilizado como almacén. Tras la guerra, los alemanes construyeron el templo, pero no pudo ser utilizado porque el culto era perseguido por las autoridades franquistas. Con la llegada de la democracia, el santuario recuperó por fin su función original. Desde entonces, cada Navidad se celebra un mercado tradicional alemán, el Adventsbasar, que visitan miles de madrileños.
La Iglesia evangélica alemana está decorada en estilo neorrománico alemán. Se distingue por interesantes obras de valor artístico: un mosaico neobizantino que representa a Cristo Pantocrátor, situado en la bóveda del ábside. Sí ventanas góticas adornan las encantadoras vidrieras de la fachada principal. Una lámpara visigótica cuelga sobre los bancos.