El parque se remonta a 1630. En aquella época, el duque de Frías, propietario de las tierras, vendió a Felipe IV una vasta finca rica en huertas y regada con el agua del manantial de la Fuente del Berro. Por orden del rey, se construyó aquí este maravilloso jardín paisajista de estilo inglés.
A lo largo de los siglos, el jardín ha cambiado y ha aumentado la variedad de plantas. En 1900 se creó un parque de atracciones. Hoy es un jardín paisajista con diferentes desniveles, formado por praderas y surcado por senderos serpenteantes y rústicas escaleras de piedra. Hay una gran variedad de estatuas, entre ellas un monumento a Becker, una estatua dedicada al poeta Pushkin, fuentes, cascadas y varios estanques pequeños, así como un palacete que recuerda a la época palaciega.
En 1941, el parque fue declarado jardín artístico y bien de interés cultural.