Este jardín perteneció en su día al Conde de Torre Arias, pero en 1920 pasó a formar parte de la finca de César Corta Boti, ingeniero y arquitecto. Como parque histórico, empezó a funcionar en 1997. Hoy alberga un gran número de olivos, pinos y eucaliptos. Pero los almendros son considerados los árboles favoritos de los residentes, ya que convierten el parque en un lienzo blanco y rosa y lo llenan de un aroma embriagador.
Los visitantes llenan el parque para pasear por sus caminos y observar los árboles de hoja caduca. Se puede hacer picnic o relajarse en la orilla del lago o junto a la fuente. Para los deportistas, hay senderos separados donde pueden hacer footing.