Las enormes polillas han reaparecido con fuerza en Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana. Aunque no son peligrosas por sí mismas, pueden provocar reacciones alérgicas y dañar alimentos y ropa. España vuelve a enfrentarse a una plaga de polillas gigantes justo al comenzar el verano. Tal como ocurrió en 2024, los insectos han comenzado a invadir hogares y calles en distintas zonas del país, especialmente en Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana. Los testimonios de vecinos preocupados se multiplican, denunciando que las polillas no solo revolotean por la casa, sino que también se esconden entre la ropa y aparecen incluso en la cama.
Estas polillas, más grandes de lo habitual, se sienten atraídas por el calor y la humedad, y su proliferación es típica de los meses de mayo y junio. Aunque no pican ni son venenosas, sus escamas pueden generar reacciones alérgicas en personas sensibles y, en su fase larvaria, pueden contaminar alimentos almacenados mal cerrados, provocando posibles trastornos digestivos. Además, son conocidas por causar daños irreparables en tejidos y ropa almacenada.
Para combatirlas, se recomienda reforzar la limpieza en armarios y despensas, sellar bien los envases de comida y usar remedios naturales como bolsitas de lavanda, hojas de laurel, menta o citronela, que resultan desagradables para estos insectos. También pueden utilizarse productos específicos como la clásica naftalina o repelentes comerciales diseñados para su control. Aunque se trata de una invasión estacional que suele remitir en pocas semanas, la prevención es clave para mantenerlas a raya durante su pico de actividad.