Durante el verano, este paso subterráneo de casi 600 metros fue sometido a una rehabilitación integral. Los trabajos incluyeron la reparación del forjado, el tratamiento de vigas metálicas y la mejora de la impermeabilización. En paralelo, se aprovechó para renovar pavimento, paredes y señalización, así como recolocar los adoquines de la plaza tras aplicar una protección que garantizará su conservación a largo plazo.
Con una inversión cercana a los 800.000 euros, el proyecto no solo buscaba reforzar la seguridad de los vehículos que lo atraviesan, sino también la de los usuarios del aparcamiento situado bajo la emblemática plaza. La noticia supone un respiro para la movilidad en el centro de la capital, justo cuando el tráfico comienza a intensificarse tras las vacaciones de verano. Además, coincide con la reapertura anticipada de los accesos a los túneles de la avenida de Portugal y la M-30, cerrados por las obras de soterramiento de la A-5.