El espacio, que se extiende sobre 43.693 metros cuadrados, se presenta ahora con un aspecto completamente renovado: 67 árboles y más de 8.000 arbustos de especies adaptadas al clima madrileño, elegidos para minimizar alergias y reducir necesidades de mantenimiento. La intervención ha convertido este lugar en un ejemplo de urbanismo sostenible. Se han incorporado pavimentos que permiten filtrar el agua, un sistema de riego de bajo consumo y un drenaje capaz de almacenar y aprovechar el agua de lluvia gracias a zanjas y depósitos subterráneos. Estos cambios buscan no solo embellecer el entorno, sino también hacerlo más resistente a olas de calor y episodios de lluvia intensa.
La accesibilidad ha sido clave en el diseño: se han suavizado las pendientes, reformado escaleras y trazado seis nuevos recorridos siguiendo las sendas ya transitadas por los vecinos. Cada zona cuenta con un pavimento acorde a su uso, desde adoquines drenantes en las áreas de paseo hasta caucho en los espacios de juego infantil, pasando por arena de río en pistas deportivas. El parque también amplía su oferta de ocio: áreas infantiles con juegos inclusivos, un circuito biosaludable para ejercicio de baja intensidad, una zona de calistenia para entrenamientos al aire libre, bancos, fuentes y mesas de ajedrez. Con esta renovación, La Viña no solo gana en vegetación y servicios, sino que se reafirma como un punto de encuentro vital para Puente de Vallecas.