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El Kinze de Cuchilleros cierra tras 126 años: adiós a la barbería más icónica de Madrid

El Kinze de Cuchilleros, la barbería más antigua de Madrid, cierra tras 126 años. El local, junto a la Plaza Mayor, baja la persiana el 31 de diciembre. La decisión no es por falta de clientes. Descubre la historia y los motivos detrás de este adiós.

El Kinze de Cuchilleros, la barbería más antigua de Madrid, cierra tras 126 años. El local, junto a la Plaza Mayor, baja la persiana el 31 de diciembre. La decisión no es por falta de clientes. Descubre la historia y los motivos detrás de este adiós.

El Kinze de Cuchilleros, la barbería más veterana de Madrid, anuncia su cierre definitivo tras 126 años de historia. Ubicada junto a la Plaza Mayor, el emblemático local dejará de atender a sus clientes el próximo 31 de diciembre, según ha comunicado la familia Sanchidrián, actual propietaria desde 1963.

En una emotiva carta, los responsables del negocio explican que la decisión de cerrar no responde a problemas económicos ni a la falta de clientela, sino a desacuerdos internos entre los socios. Por ello, han puesto el establecimiento a la venta, poniendo fin a una etapa que comenzó en 1900 con Eladio Gurumeta y que ha sido testigo de generaciones de vecinos y personajes ilustres.

La barbería, que en sus inicios fue punto de encuentro para los habitantes del barrio, ha visto pasar por sus sillones a escritores como Camilo José Cela, Arturo Pérez-Reverte y Juan Eslava Galán, así como a actores y músicos reconocidos. Desde 1958, el local pasó por manos de Guillermo Coello antes de llegar a la familia Sanchidrián, que mantuvo la tradición hasta hoy.

El Kinze de Cuchilleros ha sobrevivido a guerras, crisis y a la pandemia de 2020, cuando fue el primer establecimiento en reabrir en Madrid tras el confinamiento. En su interior se conservaban herramientas históricas del oficio y los famosos sillones de Acha, símbolos de una época que ahora llega a su fin.

Para los dueños, el cierre supone despedirse de una parte fundamental de sus vidas y de una clientela que consideran amigos y vecinos. La barbería se despide agradeciendo la confianza y el cariño recibidos durante más de un siglo, recordando que el trato humano siempre fue su mayor orgullo.

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