Durante los días de clausura, del 28 al 30 de julio, se ha llevado a cabo un operativo especial coordinado por el área de Salud Pública. El plan incluye trampas, cebos específicos y una limpieza a fondo del entorno acuático, con el objetivo de restablecer las condiciones sanitarias del parque. Para garantizar la seguridad, se ha restringido el acceso a personas y mascotas durante las labores. Aunque estas ratas no representan un riesgo sanitario tan elevado como otras especies urbanas, su alta presencia supone un desequilibrio ecológico que preocupa a los expertos y a los vecinos. En redes sociales, varios ciudadanos han mostrado su malestar por lo que consideran una reacción tardía por parte del consistorio. Algunos advierten del peligro de que la colonia de roedores se desplace a otras zonas verdes del municipio si no se actúa de manera más amplia.
La Concejalía de Salud Pública ha recordado que alimentar a los animales del parque, como patos o aves, contribuye indirectamente a la propagación de estos roedores, al facilitarles alimento. También ha señalado que este tipo de plagas tiende a aumentar durante los meses cálidos y húmedos, cuando los parques urbanos ofrecen refugio y recursos a especies oportunistas. La reapertura del parque dependerá de los resultados técnicos de control. Hasta entonces, se hace un llamamiento a la colaboración ciudadana y al respeto de las normas preventivas para evitar nuevas situaciones de este tipo en el futuro.