Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Almería han publicado en la revista Urban Planning and Development un estudio que conecta directamente el diseño de Washington D. C., ciudad que alberga la Casa Blanca, con el urbanismo de Aranjuez. Según el análisis, Pierre L’Enfant, cartógrafo encargado en 1791 por George Washington y Thomas Jefferson de diseñar la nueva capital, habría adaptado a gran escala los planos de la localidad madrileña, orgullo de Carlos III en el siglo XVIII.
Las coincidencias van más allá de lo anecdótico: ambos modelos comparten un sistema de doce avenidas radiales que confluyen en espacios simbólicos, una estructura de calles con formas trapezoidales y la colocación estratégica de sus edificios principales. Incluso el río Potomac habría replicado el meandro del Tajo en Aranjuez, mientras que elementos como el National Mall o la conexión entre la Casa Blanca y el Capitolio encuentran paralelismos en los jardines y ejes ceremoniales de la ciudad española.
Los autores destacan que no existen documentos que prueben que L’Enfant trabajara directamente con los planos de Aranjuez, pero sí constan envíos de diseños urbanos de Carlos III a distintas cortes europeas. Esta circulación de ideas, sumada a la relación entre urbanistas franceses y españoles, refuerza la hipótesis de una influencia directa. El hallazgo no solo pone en valor el peso cultural y urbanístico de Aranjuez, sino que también reabre el debate sobre la transferencia de conocimiento en la planificación de ciudades a ambos lados del Atlántico. Washington, símbolo de monumentalidad y poder político, podría ser, en buena medida, un reflejo ampliado del modelo geométrico español.