La cocina japonesa ha ido mucho más allá del sushi: hoy en día, los amantes de la buena mesa de todo el mundo están enamorados del ramen, las gyozas y el matcha. Especialmente el ramen: sustancioso, sabroso y sorprendentemente versátil, se ha convertido en un plato icónico sin importar la estación del año. Hemos elaborado un itinerario por los mejores bares de ramen de Madrid: prepárate para enamorarte cucharada a cucharada.
Dos soles Repsol y un ejército de fans son la mejor tarjeta de presentación del restaurante Umiko, una aventura gastronómica de Juan Alcaide y Pablo Álvaro. Su cocina es fusión sin fronteras, donde Oriente se encuentra con España en un mismo plato. Uno de los favoritos del menú es el rico Tengu Ramen con pollo y cerdo.
C/ Los Madrazo, 6En Igo Ramen el ramen se ha convertido en un culto: siete tipos de fideos, seis bases de caldo, desde el rico tonkotsu hasta el ligero vegetariano, y más de dos docenas de toppings, desde el clásico cerdo hasta el huevo encurtido y el kimchi. El menú está construido como un constructor: puedes montar el bol perfecto según tu estado de ánimo y tu gusto.
C/ Tudescos, 4 C/ Navas de Tolosa, 9 C/ Mayor, 73Chuka es uno de los pioneros de la escena ramen de Madrid, donde la interpretación japonesa de la cocina china está encontrando su voz. Sus tres tipos de ramen característicos no son una simple sopa, sino el resultado de 24 horas de caldo hirviendo a fuego lento en una base rica y sedosa. En verano, sirven un refrescante hiyashi chuka: ramen frío sin caldo, con un aliño ácido, dulce y salado. Una auténtica escapada del calor en forma de huracán de sabores.
C/ Echegaray, 9Yokaloka lleva mucho tiempo en el mapa gastronómico de Madrid, y no sólo gracias a las estrellas de la guía Repsol. La directora Isabel Coychette calificó el ramen de este local como el mejor del mundo en su serie de televisión Foodie Love.
Tras más de una década en el Mercado de Antón Martín, el equipo se ha trasladado a un nuevo espacio en la Plaza de Matute, pero sigue preparando sus especialidades. Una de las favoritas es el Tantan Kota: ramen con carne picada, mostaza encurtida y una generosa ración de especias que abre el apetito desde el primer sorbo.
Pl. de Matute, 7Ninja Ramen es un proyecto del grupo Bellaciao con un auténtico ambiente de izakaya y nostalgia de los festivales de verano del Japón de los 80. En el interior hay varias zonas: un quiosco con cocina abierta, una barra clásica con taburetes y una acogedora sala para cenas privadas.
El menú ofrece seis tipos de ramen para todos los gustos: desde el vegetariano ligero hasta el rico trufado, picante o aromatizado con ajo negro.
C/ Barceló, 1La nostalgia por Japón inspiró a Keigo Onoda, que se mudó a España por amor, a asociarse con el chef Akimasa Kawata, afincado en Tokio. En 2014 abrieron la primera casa de ramen de Madrid, Ramen Kagura, que acabó convirtiéndose en una cadena con 25 locales en todo el país.
Con el calor, recomiendan no el caldo, sino su masesobu al curry: contundente, picante y completamente libre de líquidos.
C/ San Marcos, 8 C/ Fuentes, 1El restaurante Konnichiwa traslada a los comensales al ambiente de las calles de Tokio, donde reina el espíritu de la comida callejera japonesa. El menú ofrece clásicos probados, como el rico ramen Tori Paitan con pechuga de pollo, champiñones, huevo, cebollas verdes y fritas y un ligero toque salado, como en casa, en Japón.
C/ Fuencarral, 98 C/ Preciados, 34Hattori Hanzo no es sólo un restaurante, sino una taberna japonesa de inspiración izakaya donde cada ingrediente está subordinado a la filosofía de la autenticidad: todo se prepara a mano, en temporada y respetando la tradición. El menú incluye dos ramen de autor sobre un rico caldo de pollo de granja: uno con énfasis en la salsa de soja envejecida, el otro con yuzu cítrico y una generosa ración de umami.
C/ Mesonero Romanos, 17Cuando Aska Okumura empezó a añorar el sabor del ramen de su infancia, su marido, Gonzalo Ibáñez, decidió recrear ese sabor hasta la última nota de umami: así nació Ramen Komainu en Madrid. Fideos caseros cocinados con harina especial, caldo puro sin potenciadores del sabor y tara preparada respetando la tradición hicieron de este bar de ramen un éxito nada más abrir en Chambéry. No es sólo comida, es nostalgia en un plato, hecha con precisión y alma.
C/ José Abascal, 13El restaurante Ramen Shifu comenzó su andadura en 2017 en la calle Ayala de Madrid, y en pocos años se ha convertido en una cadena internacional con sucursales en España, Italia y Luxemburgo. El secreto del éxito reside en el rico caldo inspirado en las tradiciones de la región japonesa de Hakata. Fue allí donde el fundador de la marca, Guo Jianyun, conoció su sabor en persona, durante sus viajes gastronómicos por Japón.
P.º del Prado, 42 C/ Isabel la Católica, 15Yokohama sirve siete tipos de ramen a la vez, desde el clásico tonkotsu y el picante tan-tan-man hasta versiones con pato, marisco, pollo, gambas y verduras. A pesar del énfasis en la carta de vinos, no te vayas del restaurante sin probar el sushi. Y quédate más tiempo después de cenar: el ambiente acogedor con un ligero toque de provocación dispone a veladas pausadas.
C/ Caballero de Gracia, 12Lo mejor que se puede decir de Miix Kitchn es sencillo: sirve comida coreana y japonesa que calienta el alma. El menú incluye dos platos clásicos de ramen caliente (shoyu y miso) y un refrescante hiyashi chuka frío. Puedes elegir platos al azar: es imposible fallar. La calidez, el cuidado y el gusto con que se sirve cada plato no dejan lugar a dudas: querrá volver.
C/ Rodríguez San Pedro, 66Morikaen es una joya escondida fácil de pasar de largo pero memorable. Este es uno de los ramen más acogedores y hogareños de Madrid, con cuencos enormes y precios que rondan los 8-10 euros. Imprescindible probar el Chikinkatsu, con pollo empanado crujiente y un ramen que dan ganas de zambullirse.
C/ Hilarión Eslava, 17Mucha gente conoce Ramen Kagura, pero pocos han oído hablar de su elegante hermana pequeña, Kuraya, escondida a pocos pasos. Aquí el ambiente es más moderno y hay muchas menos colas. La principal diferencia son los tsukemen: fideos y caldo servidos por separado. En Kuraya se pueden probar tres variantes de este plato: desde el clásico de cerdo con salsa de soja hasta el de miso picante con sésamo y el vegetariano.
Pl. de Herradores, 7Este acogedor local con J-pop de fondo y ukiyo-e en las paredes ha ganado fieles seguidores en sólo un año, y por una buena razón. No muy lejos de la plaza de Bilbao, el chef japonés y su equipo de compatriotas cocinan auténtico ramen al estilo Hokkaido: desde versiones ligeras a otras más ricas, con diferentes cantidades de carne y aderezos. El ambiente es hogareño y el servicio abundante. Además de gyoza, takoyaki, mini-donburi y postres poco comunes como mitarashi dango.
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