La Casa Encendida ha inaugurado una exposición que muestra los mecanismos de colaboración que han creado las mujeres artistas. La muestra está dedicada a la problemática de las comunidades afrodescendientes.
La exposición es como un contenedor de una polifonía de experiencias y gestos. Un diálogo exploratorio entre las practicantes impregna La Casa Encendida y las compromete.
Las artistas entrelazan las obras arquitectónicas y artísticas de Binta Diaw, Ana Pi, Taco Taal y Frida Robles Pons. De este modo, reflejan sus historias e ideas personales. Todo está dedicado al patrimonio de la diáspora africana y mestiza para sacarlo a la superficie. La exposición plantea cuestiones de pertenencia y la noción de retorno como sueños de hogar.
Esta exposición es un viaje metafórico a través de mares, continentes y el globo. Alude a las múltiples formas — emocionales, materiales, espaciales — que contenemos y transportamos cuando viajamos, a veces con la intención de transformar.