El italiano Giacomo Puccini no solo es famoso como compositor, sino que también le apasionaba la fotografía, aunque su pasión no se había publicado hasta ahora. Ahora, en el Teatro Real, podemos ver su visión de este mundo en el que los protagonistas no son en absoluto figuras humanas.
Giacomo Puccini se interesó por esta disciplina en 1894, cuando la fotografía se popularizó entre los aficionados entusiastas. Podemos ver el mundo a través de sus ojos, llenos de lirismo, donde la naturaleza es la protagonista. Sus instantáneas captan composiciones visuales con un toque personal.
El fotógrafo aficionado se ha dejado seducir por lugares que van más allá de los simples destinos turísticos. En Nueva York, le impresionan el urbanismo y los grandes puentes; en Egipto, los paisajes y la gente, si cabe más que los monumentos. Es la vida cotidiana la que despierta su curiosidad. Y en casi todas partes hay una silueta masculina característica: la sombra del propio Puccini.