«Hello Everyone», una instalación a gran escala de Laia Estruch que abarca más de una década de su trayectoria artística, se presenta en el Museo Reina Sofía hasta el 1 de septiembre. No se trata solo de una exposición, sino de un sistema sonoro y visual vivo en el que esculturas, audio, vídeo, gráficos y partituras forman un archivo vibrante de su obra.
Estruch trabaja con la voz como material: no como discurso, sino como instrumento corporal que da forma al espacio. Sus composiciones vocales se interpretan dentro de estructuras escultóricas diseñadas específicamente para estas actuaciones.
El proyecto oscila entre la retrospectiva y el archivo. Aquí no hay la finalidad habitual, sino rastros de ensayos, activaciones y presencia viva, aunque la propia artista no esté presente. Los cuerpos — el suyo, el de sus colaboradores y el del público — siguen siendo el medio central, convirtiendo la exposición en un estudio de la forma, la memoria y el sonido.