El espectáculo propone al público un viaje sonoro y visual que traslada la esencia del Siglo de Oro a la sensibilidad contemporánea. Con un repertorio que abarca desde polifonías renacentistas hasta cantos litúrgicos y melodías barrocas, la obra recupera la dimensión espiritual de Calderón y la convierte en una experiencia inmersiva donde la música y el texto se funden en un mismo pulso.
La compañía, conocida por su capacidad de transformar los clásicos en propuestas arriesgadas y actuales, reivindica con esta puesta en escena a un Calderón filosófico y profundamente humano. El teatro del mundo invita a reflexionar sobre la vida como representación y sobre el papel que cada persona desempeña en ella, recuperando así el espíritu festivo y reflexivo de los antiguos autos sacramentales y proyectándolo en diálogo con el presente.