Construido con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, el Palau de Sant Jordi es una instalación emblemática del pueblo catalán. Desde sus inicios marcó la entrada de Barcelona a la contemporaneidad y dejó abierto una gama de espectáculos que pudieran darse en este estadio, aunque el motivo primario de su construcción fueron los Juegos Olímpicos. De la mano de Arata Isozaki, arquitecto japonés, el estadio fue de los que marcó la renovación de Barcelona.
Además de la estructura, la cúpula fue muestra de innovación. Esta se levanta desde el suelo con una impresionante técnica hidráulica. El elemento natural fue concebido en la forma de tortuga que hace cuando la cúpula está levantada. La capacidad del Palau Sant Jordi rodea las 18.000 plazas dentro de la instalación. Muy cerca se puede encontrar el Sant Jordi Club, que posee capacidad para menos de 5.000 personas, lo que le hace un espacio más privado y reducido.
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