Con casi 180 años de recomienzos y renacer de las cenizas, el Gran Teatre del Liceu se ha convertido en un ícono en toda Europa. Ubicado en La Rambla, Barcelona, fue un lugar creado para la aristocracia y manejado por la misma. La ópera fue llevada a España por este selecto grupo, y el liceo se creó, precisamente, por la necesidad de tener un espacio en el que disfrutar de este arte.
Aunque la belleza que ostenta y proyecta esta edificación se ha mantenido, el liceo ha transitado por varias etapas desde su fundación. El Gran Teatre del Liceu ha sufrido dos incendios, e incluso un atentado, sin embargo ha vuelto a estar en pie como símbolo de la ciudad que lo vio nacer.
Con espacio para casi 3.000 personas y cinco anfiteatros, en sus salas se puede disfrutar de ópera, danza y música. Además, pueden conocerse, mediante visitas guiadas, sus salas más significativas. El arte también se encuentra en sus muros, siendo una experiencia arquitectónica única, luego de tantas remodelaciones. La temporada de espectáculos se extiende desde septiembre hasta julio, aunque siempre pueden visitarse sus instalaciones en cualquier temporada.
En la actualidad, el teatro se conoce como un teatro público y se orienta a un público más extenso que en sus comienzos, lo que refuerza su papel como símbolo catalán.