Construido durante el siglo I a.C., el Templo de Augusto fue dedicado al emperador Augusto y formaba parte del antiguo Barcino romano. Aunque gran parte de su estructura original fue desmantelada a lo largo de los siglos, algunas columnas y partes de la estructura del templo han sobrevivido hasta nuestros días.
Este sitio arqueológico ofrece una ventana fascinante hacia el pasado romano de Barcelona y su importancia histórica. A pesar de ser un enclave pequeño, es un lugar de interés para los amantes de la historia y la arqueología que visitan la ciudad, ya que permite una visión directa de la Barcelona romana y su patrimonio cultural.