Conocido en sus inicios como Observatorio del Tibidabo, por su localización geográfica, el Observatorio Fabra debe su nombre actual al marqués de Alella, Camil Fabra, quien ofreció los fondos para su construcción. Cuenta con tres construcciones, diferenciadas entre sí por las formas, octagonal, de base rectangular y en forma de cruz, que poseen. Este estilo ecléctico viene de la mano de Domènech i Estapà y con la intención de seguir las funciones espaciales a las que se destina la edificación.
Este centro continúa con sus investigaciones a pesar de haberse fundado hace más de un siglo, lo que lo convierte en uno de los cuatro observatorios más antiguos del mundo. En la actualidad también cuenta con visitas guiadas, diurnas y nocturnas, que incluyen la observación de la Luna, Júpiter, Saturno y Marte, según la época en las que estos sean más visibles.
Por el trabajo que se ha realizado en la institución, la misma ha sido condecorada con la placa Narcís Monturiol, de la Generalitat de Catalunya, y la Medalla de Oro de la Ciudad, del Ayuntamiento de Barcelona. Dentro de los logros que pueden ser adjudicados al observatorio, están el descubrimiento de la atmósfera de Titán, de once planetas menores y del cometa 32P/Comas Sola.