El elemento más emblemático del parque es, como su nombre sugiere, un laberinto de setos cuidadosamente recortados que desafía a los visitantes a encontrar su camino hacia el centro. Además del laberinto, el parque cuenta con una gran variedad de jardines, fuentes y estatuas que crean un ambiente romántico y nostálgico.
Uno de los aspectos más destacados del Parque del Laberinto de Horta es el pabellón neoclásico que se encuentra en su interior, conocido como el Pabellón de Carlos IV. Este edificio histórico es un lugar encantador para dar un paseo y admirar la arquitectura mientras se disfruta de las vistas panorámicas del parque.
El parque también alberga un estanque con patos y cisnes, lo que lo convierte en un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Además, sus numerosos rincones y senderos serpenteantes invitan a explorar y descubrir nuevos espacios en cada visita.