La Estación de Francia en Barcelona, antes llamada Barcelona-Término hasta 1988, es un ícono arquitectónico e histórico de la ciudad. Inaugurada en 1929 para la Exposición Internacional, esta obra de Andreu Muntaner y Pedro Muguruza destaca por su estructura de hierro modernista y su vestíbulo novecentista, adornado con mármol y bronce. Tras renovarse en 1992 para los Juegos Olímpicos, sirve para recorridos de media distancia.
No solo sirve como punto de partida y llegada para trenes de corta y larga distancia, sino que también es un símbolo histórico-cultural en la ciudad. Hoy la estación acoge eventos culturales, convirtiéndose en un espacio versátil de gran valor monumental.
Estratégicamente ubicada cerca del barrio del Born y del Parque de la Ciudadela, se erige como un punto neurálgico para los viajeros y turistas que exploran Barcelona, aportando una conexión conveniente y accesible en el corazón de la urbe.