El mercado al aire libre existía durante muchos años en el portal de Sant Antoni. Este lugar era muy querido por los empresarios, porque por aquí pasaban muchos ciudadanos e invitados de Barcelona. El mercado no adquirió sus murallas hasta setiembre de 1882. Su proyecto fue realizado por el arquitecto Antoni Rovira i Trías, quien integró competentemente el nuevo edificio en el plano original de Ildefonso Cerdá. El mercado fue el primero fuera de Barcelona.
Por cierto, más tarde los comerciantes textiles del Paralelo decidieron conseguir su parte de fama y compradores. Se sumaron al mercado y así surgió el Mercado de los Encants de Sant Antoni, que hoy también forma parte integral de la vida barcelonesa.
Ahora ambos mercados conviven y se complementan. El Mercado de Sant Antoni ofrece comida fresca, frutas y verduras. Mientras que en el Mercado de los Encants de Sant Antoni se ofrecen artículos de moda, textiles y productos para el hogar.