A principios del siglo XVIII, la Ciudadela, ubicada aquí, fue un símbolo de represión. Para la construcción de una fortaleza se demolieron 1200 casas, cuyos habitantes fueron abandonados a su suerte, y las autoridades impusieron un impuesto adicional.
La Ciudadela existió durante 150 años, y luego, cuando la fortaleza perdió toda importancia militar, fue demolida. Solo quedan unos pocos edificios y la zona fue convertida en un parque.
Hace un siglo y medio, esta área fue el único parque público en Barcelona. Pero aún hoy es uno de los puntos importantes en el mapa de la ciudad. Se encuentra el Zoo, varios museos, un lago (donde se puede alquilar un bote) y el edificio del Parlament de Catalunya.