El Parc de Cervantes fue diseñado por el arquitecto español Lluís Riudor i Carol y lleva el nombre del escritor Miguel de Cervantes.
Desde 2001, el parque acoge el concurso internacional «Rosas Nuevas de Barcelona», un intento de recuperar la tradición del cultivo de rosas. Tras cada competición internacional, la colección se enriquece con nuevos ejemplares. Hay unas 2 000 variedades diferentes de rosas procedentes de toda Europa, Asia, Oriente Medio y América. Algunas especies se cultivaban ya en tiempos de los antiguos egipcios, griegos y romanos. Rosas de todas las formas y tamaños florecen de abril a noviembre gracias a su buen clima. A veces hasta 150 000 flores florecen al mismo tiempo entre mayo y julio.
Además de las rosas, los visitantes pueden pasear en bicicleta por los amplios senderos, jugar al ping-pong, hacer un picnic y disfrutar del tiempo en familia.
También se han instalado dos monolitos en el parque. El primero es de piedra, obra de Jaume Monràs, y está dedicado al escritor y diplomático español Àngel Ganivet. El segundo, obra de Juan Díaz de la Campa, conmemora a la escritora Concha Espina. Entre las esculturas interesantes destacan Rombes bessons, obra de estilo constructivista de Andreu Alfaro, Serenitat de Eulàlia Fàbregas de Sentmenat y Adán, escultura clásica de Jacinto Bustos Vassallo.