La Masía Freixa, construida en el año 1899 y sometida a una reinterpretación 15 años después a manos del Lluís Muncunill, un reconocido arquitecto, emerge como un santuario de serenidad y hermosura en el corazón de Tarrasa. Su peculiar diseño modernista, resaltado por una estructura de bóvedas y arcos, paredes de un blanco impoluto y una majestuosa torre, la convierte en un emblema del rico patrimonio cultural de la ciudad.
En su interior, deslumbra su diversidad de elementos decorativos de gran belleza, como mosaicos, vitrales y detalles forjados. Un vasto jardín, poblado por árboles centenarios, la rodea, creando un ambiente idílico para deambular y disfrutar de la naturaleza.
Más que un simple edificio, esta masía representa un ícono del modernismo catalán. Es un espacio abierto a la comunidad, ofreciendo una amplia gama de actividades culturales y educativas, que incluyen visitas guiadas, talleres, charlas y exhibiciones. Es el lugar perfecto para adentrarse en la historia, la arquitectura y la belleza de este movimiento artístico.
En marzo del pasado año, la Generalitat de Catalunya otorgó un merecido reconocimiento a la importancia cultural e histórica de la Masía Freixa, al declararla Bien Cultural de Interés Nacional. Este reconocimiento afianza su posición como punto de referencia para la cultura en la región.