Edificado alrededor de 1177 por la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y proyectado por el arquitecto Ramón Amadeu, resulta de la mezcla de estilos gótico y románico. Dentro del templo se pueden apreciar capillas como la Capella dels Perdons, que data del siglo XIV, además de otras del siglo XX con frescos de Pere Pruna y de Ignasi Serra i Goday.
Su edificación duró tres siglos. A lo largo del recorrido por el conjunto destaca la coexistencia de diferentes estructuras y elementos, que han debido ser agregados con el paso del tiempo. Tal es el caso de la puerta de estilo gótico construida en el 1300, el alargamiento de la nave con bóveda gótica de crucería y el cimborrio construido en el siglo XV.
Resulta imprescindible hablar del Monasterio de Santa Ana sin dejar de mencionar hechos de gran importancia en la historia de Barcelona. Entre los siglos XII y XIII la acción monástica de Santa Ana se expandió por toda Cataluña, llegando a alcanzar Valencia y Mallorca. Además de obtener el título de Parroquia Mayor de Barcelona en 1851, entre otros hechos de gran relevancia. Vale la pena entonces aventurarse a descubrir la belleza e historia del conjunto.