La figura del gato, con sus formas redondeadas y exageradas, es una obra que invita a la interacción y al disfrute público.
Su tamaño imponente y su estética juguetona lo convierten en un punto de referencia popular tanto para los lugareños como para los visitantes que desean tomarse fotos o simplemente apreciar esta obra de arte en el entorno urbano.
«El Gato» de Botero se ha convertido en un símbolo cultural y una atracción distintiva dentro de la ciudad de Barcelona.