Una de las calles centrales de Barcelona que se destaca por ser una de las más antiguas de la ciudad. Es testigo mudo de cómo Barcelona ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Las placas que se encuentran al inicio y al final de la calle muestran interesantes símbolos, que nos cuentan de magia y esoterismo.
La calle lleva el nombre de una familia que construyó una casa aquí en el siglo XV. Sin embargo, los amantes de la mística dicen que el carrer fue nombrado después de un brujo local, cuyo nombre era Astruc Sacanera. Años después, el alquimista, hipnólogo y médium Ricardo Bru inmortalizó la memoria del señor Sacanera decorando calles y números de casas con placas insólitas.
Se dice que en esta calle se podían adquirir piedras y objetos con poderes de sanidad que libraban a su poseedor de rabia y picaduras. La calle en otros tiempos estaba habitada por magos y se asocia con las fuerzas del más allá. Es por eso que es destino obligatorio para los curiosos.
La historia de esta calle no solo está marcada por magia, sino además por crímenes, de los que es mejor no contar. Para todo el que se interese por la historia y la arquitectura de Barcelona, esta calle es un sitio que no se debe dejar pasar.