No era basura real, sino una imagen generada por inteligencia artificial que simula lo que ocurre ya en costas de países como Ghana o Chile. Detrás de esta potente visualización está Ecodicta, una empresa española que promueve la moda circular y denuncia el impacto del fast fashion.
Con su campaña «El residuo textil no desaparece, solo cambia de geografía», Ecodicta busca sacudir conciencias mostrando cómo nuestras prendas desechadas pueden acabar contaminando playas de todo el mundo. La acción, replicada también en San Sebastián y A Coruña, pone el foco en un problema global: cada año se generan más de 92 millones de toneladas de residuos textiles, gran parte de ellos sin posibilidad de reutilización.
«El sistema está colapsado. Producimos más ropa de la que podemos reutilizar, y lo barato nos está saliendo muy caro», alerta Raúl González, cofundador de la empresa. Por eso proponen medidas como un impuesto a gigantes del fast fashion para financiar una transición hacia modelos más sostenibles.
Hoy la ropa no flota en nuestras playas. Pero mañana podría hacerlo.