Este caniche gigante de dos años acaba de convertirse en el nuevo miembro del equipo canino de rescate, formado hasta ahora exclusivamente por labradores.
Nilo trabaja junto a su guía, el instructor canino Miguel Sánchez-Merenciano, quien entra primero al agua para localizar al bañista en apuros y llama después a Nilo u otros perros para ayudar en el remolque hasta la orilla.
Aunque los labradores y los terranova son habituales en estos equipos por su fuerza y afinidad con el agua, el caniche no es una elección tan insólita como parece. Originarios de Alemania, los caniches eran usados en el pasado para trabajos de caza acuática en lagos del norte de Europa. De hecho, su nombre proviene del verbo alemán puddeln, que significa «chapotear».
Nilo, antes temeroso de los ruidos y las multitudes, ha superado sus miedos con entrenamiento progresivo. Hoy nada con precisión milimétrica, utiliza la cola como timón y demuestra que la inteligencia canina también puede salvar vidas.