Una vez al año, el puerto deja de ser solo un espacio logístico y se convierte en escenario de actividades para toda la familia. Los visitantes pueden recorrer instalaciones habitualmente cerradas al público, como terminales o muelles, y participar en rutas comentadas que explican la historia y el funcionamiento del puerto.
También se organizan travesías en golondrina, juegos educativos sobre el mar, talleres de sostenibilidad, exposiciones y exhibiciones náuticas. El ambiente se completa con actuaciones, food trucks y zonas lúdicas, creando una experiencia pensada para descubrir el corazón marítimo de Barcelona desde dentro.