Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) han logrado criar en cautividad a 35 ejemplares de tiburón gat a partir de más de 200 huevos rescatados de redes abandonadas en el fondo marino.
Durante meses, los científicos controlaron temperatura, alimentación y salud de los embriones hasta confirmar que los pequeños tiburones —de apenas 15 centímetros al nacer— podían alimentarse solos. Superada la prueba, una decena de ellos ha sido liberada frente a la costa de Barcelona, en una zona con arrecifes artificiales y refugios naturales.
El proyecto, impulsado por la fundación Catsharks y con la colaboración de pescadores y el Ayuntamiento de Barcelona, busca revertir la dramática situación de los tiburones en el Mediterráneo, donde más de la mitad de las especies están amenazadas. Criarlos y devolverlos al mar abre una esperanza para restaurar el equilibrio de un ecosistema cada vez más presionado por la pesca y el cambio climático.