Con 13 canciones y colaboraciones inesperadas —como las de Brittany Howard y Naomi Campbell— el disco apuesta por una mezcla de sonido experimental y confesiones personales. Cyrus no solo canta, sino que también ha estado al frente del proceso creativo, desde la escritura hasta la producción.
La crítica está dividida: mientras unos aplauden la evolución artística de la cantante y su capacidad para plasmar emociones crudas, otros critican el exceso de producción instrumental y letras menos desarrolladas.
El tema central del álbum, según sus seguidores, es el dolor del amor no correspondido, algo que se deja sentir especialmente en piezas como More to Lose o Easy Lover. Sin embargo, el mayor elogio se lo lleva la canción que da título al disco, con una atmósfera oscura y una interpretación vocal imponente.
La artista reconoció haberse inspirado en The Wall de Pink Floyd. Como complemento al álbum, el 12 de junio se estrenará una película que promete explorar nuevas dimensiones de este proyecto.