Más de 40 focos continúan activos en Galicia, Castilla y León y Extremadura, con 23 catalogados como de máxima peligrosidad. La superficie arrasada supera ya las 344.000 hectáreas y amenaza con convertir 2025 en el año más devastador desde que existen registros.
En Castilla y León arden 26 frentes, con Zamora, León y Salamanca entre las provincias más castigadas. Galicia sufre especialmente en Ourense, donde las llamas han devorado 62.000 hectáreas y cuatro brigadistas resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. En Extremadura, el incendio de Jarilla ha devorado 12.000 hectáreas y avanza hacia Salamanca, obligando a desalojos masivos en el Valle del Jerte.
El drama humano se agrava: cuatro personas han perdido la vida en distintos puntos del país, entre ellas un bombero fallecido en León al volcar su vehículo. Más de 31.000 residentes han tenido que abandonar sus hogares y la DGT mantiene cortadas 15 carreteras en varias comunidades.
El Gobierno ha desplegado a la UME con 1.400 militares en primera línea y 2.000 más en apoyo, pero las autonomías reclaman refuerzos urgentes. El presidente Pedro Sánchez viajará a Cáceres este martes para seguir la evolución de los fuegos sobre el terreno.
La Aemet prevé una bajada de temperaturas en el noroeste y la entrada de aire atlántico que podría dejar lluvias. Hasta entonces, la emergencia sigue viva, con el fuego como protagonista de un verano que ya se inscribe en la historia negra de los incendios en España.
