El Consejo de Ministros ha aprobado la reforma de la ley antitabaco de 2005, que por primera vez incluye estos dispositivos en su normativa. El motivo es doble: proteger a los menores y reducir el impacto ambiental de un producto concebido para acabar en la basura.
La ministra de Sanidad, Mónica García, presentó la medida que sitúa a España en la misma senda que países como Francia o Bélgica. Los fabricantes dispondrán de 12 meses para agotar existencias y rediseñar sus catálogos.
El nuevo marco legal también amplía los espacios sin humo ni vapor: desde las terrazas de bares hasta los parques infantiles, pasando por conciertos, estaciones de transporte y vehículos con conductor. A esto se suma un blindaje total contra la publicidad y el patrocinio en cualquier medio, incluidos los digitales.
Por primera vez se veta no solo la compra, sino también el consumo de tabaco y vapeo en menores, cerrando un vacío legal que había permitido la normalización de estos hábitos.
Con este paso, el Ejecutivo busca frenar la puerta de entrada a la adicción en adolescentes y, al mismo tiempo, aliviar al planeta de millones de dispositivos de usar y tirar.