La lengua propia de Cataluña retrocede en prácticamente todo el territorio y lo hace, sobre todo, allí donde más gente vive: el Área Metropolitana de Barcelona.
Según la encuesta, apenas un tercio de los catalanes utiliza el catalán de forma habitual. Pero es el entorno barcelonés el que concentra las cifras más bajas. En el conjunto del área, el uso habitual cae hasta el 24,7%, un descenso respecto al 27,5% registrado en 2018. La fotografía, sin embargo, es mucho más desigual cuando se mira con detalle.
Barcelona ciudad se sitúa en un 26,9%, mientras que el Maresme —un territorio tradicionalmente catalanohablante— aún aguanta con un 43,6%. El contraste llega con los municipios más densamente poblados: L’Hospitalet apenas alcanza un 10,3% de uso habitual del catalán; el Baix Llobregat Sud, un 12,2%; y el Barcelonès Nord, un 14,3%. Son porcentajes que reflejan una realidad fuertemente marcada por dinámicas demográficas: llegada de población extranjera, migración interna y una elevada movilidad residencial.
El área metropolitana también se distingue por un uso más frecuente de ambas lenguas, con entre un 10% y un 12% de población que alterna catalán y castellano en su vida diaria, una cifra superior a la media catalana. Curiosamente, aunque el conocimiento general retrocede, en esta zona mejora ligeramente la capacidad de escribir en catalán.
En el interior del país la situación es distinta. Terres de l’Ebre, Ponent, Catalunya Central y el Alt Pirineu siguen siendo los grandes bastiones del catalán: allí más de la mitad de la población lo emplea de manera habitual, y el porcentaje de personas nacidas en Cataluña es claramente más alto.
El retroceso global no responde a una sola causa. El crecimiento demográfico, la llegada de nuevos habitantes, la marcha de catalanoparlantes y el ritmo de sustitución lingüística en las ciudades componen un escenario complejo donde las grandes urbes llevan el peso del cambio. Y es ahí, en el Área Metropolitana, donde el futuro del catalán —para bien o para mal— parece que se jugará los próximos años.