El objetivo es claro: ofrecer a los visitantes una imagen icónica que capture en una sola foto el espíritu de la ciudad desde su punto más alto. Las letras, de dos metros de altura y retroiluminadas con tecnología LED, permitirán hacerse fotos tanto de día como de noche. Además, estarán diseñadas como piezas independientes, de modo que las personas podrán colocarse entre ellas o interactuar con el conjunto para lograr la instantánea perfecta.
La iniciativa, ideada por el arquitecto Josep Miàs —autor también de la Cuca de Llum—, se encuentra actualmente en fase de licitación municipal. Dos de las letras, la C y la O, colgarán literalmente sobre el vacío más allá de la barandilla del mirador, reforzando el efecto visual y fotográfico.
