Según datos oficiales de 2024, se han identificado genéticamente seis ejemplares —cinco machos y una hembra— y se estima que la población podría alcanzar entre 10 y 11 individuos en total, una cifra inédita desde su regreso a finales de los años noventa.
La gran novedad es la primera pareja estable detectada en el Alt Empordà: una loba identificada en Cistella mediante análisis genéticos ha sido vista en repetidas ocasiones junto a un macho en la misma zona. Aunque aún no se han observado crías, los expertos no descartan que pronto pueda producirse la primera reproducción documentada en territorio catalán.
Los animales se han localizado principalmente en el norte, en comarcas como la Alta Ribagorça, Alt Urgell, Solsonès, Ripollès, Garrotxa, Cerdanya y Osona. La Generalitat subraya que algunos ejemplares muestran fidelidad territorial, un signo de asentamiento frente al comportamiento errante de los primeros lobos llegados desde Italia y Francia.
La administración presentará en breve las medidas de prevención y compensación a la ganadería incluidas en el nuevo Programa de apoyo al manejo del lobo 2025, un paso más para compatibilizar la recuperación de esta especie emblemática con la actividad rural.